viernes, 22 de abril de 2016

La historia es importante, pues no se puede llegar a comprender los hechos más recientes en cualquier campo del conocimiento si no consideramos la historia. ¿Cómo?, como una herramienta que nos permita realizar un seguimiento de las maneras en que se han ido produciendo esos acontecimientos de forma progresiva. Como escribió Durkheim (1858-1917) en su obra Les formes élémentaires de la vie religieuse:

«La historia es, en efecto, el único método de análisis explicativo que es posible aplicar. Sólo ella nos permite descomponer una institución en sus elementos constitutivos, pues los muestra naciendo en el tiempo unos después de otros. Por otra parte, situando cada uno de ellos en el conjunto de circunstancias en que ha nacido, pone a nuestro alcance el único medio que tenemos para determinar las causas que lo han provocado. Siempre que se intenta explicar un asunto humano tomado en un momento determinado del tiempo —ya se trate de una creencia religiosa, de una norma moral, de un precepto jurídico, de una técnica estética, de un régimen económico—, es preciso comenzar por remontarse hasta su forma más primitiva y más primitiva y más simple, buscar la enumeración de los caracteres por los que se define en este período de su existencia, y luego mostrar cómo, poco a poco, se ha desarrollado y complicado, cómo ha llegado hasta lo que es en el momento a considerar.»

Hace ya del orden de 4000 años (2000 a.n.e.) que los humanos descubrimos una primera forma de resolver el problema del cálculo matemático, de poder contar lo que veíamos alrededor, mediante el ábaco. Simultáneamente, la aritmética se iba desarrollando. La historia de ambas técnicas, o herramientas, es la propia historia de la informática.
http://www.um.es/docencia/barzana/IACCSS/Historia-de-la-informatica.html

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